Agradecida por las frías manos del invierno, que ya se habían cerrado sobre Algeciras, me sorprendo a mi misma conduciendo el Citroen rojo, con las ventanillas bajadas, el gusto del aire fresco en la cara y la música a todo volumen, como si fuese un día más de los largos veranos del sur, esperemos que la normalidad del invierno, de la navidad del hemisferio norte, recuerde que este es su sitio, y se asiente por fin hasta pasado marzo.
Como es común en estas tierras, mis peripecias no son muy memorables, y terminado el día, me queda esa agría sensación de haber perdido el tiempo a pesar de haber estado todo el día ocupada deambulando de un lado a otro.
Los exámenes de la facultad aún estan lejos, bastante lejos, yo pensé que tendría que estar lista para principios de Enero y resulta que hasta finales/principios de Febrero, nada, así que tengo más tiempo del que creía para ir preparandome. Aunque por suerte ya he empezado. Es sorprendente cuanto me llena Psicología, temía haber vuelto a equivocarme, pero me gusta, me anima, quizás es lo adecuado, aunque uno nunca sabe.. Quizás sea que tengo solo dos asignaturas este cuatrimestre y no estoy tan agobiada, y estoy retomando el contacto lentamente, aunque claro, entre eso, el curso, y las demás chorradas, tengo el día irreconocible.
Hace unos días estuvo Alberto por aquí. El bien sabrá que le tengo mucho aprecio, pero que no es, como quien dice, mi mejor amigo. No es mi alma gemela. No es alguien a quien confíe mis más íntimos secretos. Pero hay algo en nuestra relación que la hace única. Tan solo pudimos disfrutar de una tarde en la biblioteca estudiando, alcanzando el clímax en una cafetería con aires de bareto donde un partido del Barcelona frente a no recuerdo quién acaparaba la atención de todos, salvo nosotros dos; y una noche de cine, una película repetída para mi, pero un buen ambiente para desarrollar todas nuestras paranoias.
No podía entender lo que estaba pasando, había hablado de política, de sociedad, de arte, de cine, de series, de ciencias... Cualquier tema que me interesase, ya sea mucho o poco, había tenído lugar allí. Opiniones tan dispersas, tan alejadas, y a la vez tan complementarias. Fue un buen momento.
No se que tendrá que puede entender mis palabras y que puede reir como yo de cosas que otras personas terminarían escandalizadas pero la compañía tan fugaz fue un buen oasis en este invierno entre frío y caluroso, lluvioso y soleado, tan atípico, pero tan normal en mi vida.
De aquí a unos días, llega al país otra persona especial, esta es diferente, esta me completa, a esta la necesito, pero algo así como medio país me tendrán alejada de ella, odiando la distancia con todo mi ser. Pero la sentiré más cerca, y eso es lo que cuenta.
Las cosas van poco a poco acomodándose, quizás no como yo quiero, pero luego me daré cuenta de lo práctico que es tenerlas tan a mano. Conseguí meterme en el mundo de las series nuevamente. Estoy leyendo libros que formaron mi infancia. Me siento más resistente en las exigencias aikidokas, y hoy creo que ha refrescado un poquito. Quizás sea presagio de que el 2011 sea un buen año...
Dios, hacia tiempo que deseaba leer algo nuevo, y me anima ver que es bueno lo que escribes.
ResponderEliminarSiento lo de tu invierno de mierda LOL
Tendremos que sacar un momento en navidad para hacer un skype durante un par de horas...aprovechando mi vuelta al hogar y aprovechando que tu estás tan aplicada en tus estudios.
Te quiero tanto, que ojalás fueras un tio...ya tendríamos hijos xDDD
Si tuviesemos hijos tu serias la madre estrícta y yo el padre pasotaXDDDDD
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