domingo, noviembre 07, 2010

Aikido - Curso de Stephane Goffin

Queda confirmado el curso de Aikido en Málaga a cargo del Maestro Stephane Goffin 5ºDan del Aikikai de Tokyo y alumno de Christian Tissier Sensei y como no nuestro director técnico.

Muteki Dojo


Era una idea que estaba planificandose desde hace mucho tiempo, incluso a 3000 km de Málaga(por eso un cierto porcentaje, más bien pequeño, de mi sueldo, siempre estuvo reservado a este evento), ya que los cursos de Aikido, impartidos por diferentes maestros(ya sea un gran sensei de fama mundial, o una clase intensiva de caídas de nuestro profesor de los martes y jueves), siempre son muy interesantes, tienes la oportunidad prácticar técnicas, conocidas o no, con diferentes personas, escuchando a diferentes profesores que viven el aikido cada cual a su manera, por eso no deseaba perdermelo. No es la primera vez que voy a un curso. En el primero, aún verde, era incapaz de entrar a entrenar, pero desde el banquillo, aprendí a aprender. El siguiente, también de Stephane, disfrute solo las primeras horas de un día, porque por otros asuntos, tuve que cojer un autobús a Madrid, y no tenía la cabeza bien situada. Ahora tengo una sensación diferente, no es por el nivel, ni por las caidas, es porque tengo una mentalidad diferente, es porque, a pesar de no ser muy hábil físicamente, cada vez domino más la parte teórica. Y la experiencia, la experiencia es un agregado muy importante, no es lo mismo presentarte a un curso, sin tener ni idea de lo que estan hablando, empezar desde cero, a conocer las técnicas, saber cuales son, a tu nivel, las mejores maneras de aplicarlas o de ajustarse a su aplicación como uke.

Últimamente llevo una racha bastante mala, un agobio mental y físico(aún no he comprendido la razón) que se esta reflejando mucho en la práctica. En las clases normales, me veo incapaz de llevar a cabo las técnicas con mis compañeros, más difíciles se me hacen cuando mi sensei me observa, y ni hablar de estar delante de mis compañeros como uke en la demostración de la nueva técnica. Estoy realmente paranoica, con respecto a esto, a la imagen que esoty dando a mis maestros que tanto esfuerzo ponen en mi enseñanza, y que tanta fe depositan en mi. Esto era también lo que me hacía dudar sobre si debería o no asistir al curso, por supuesto, estas dudas comenzarón los días anteriores más próximos al curso. Aunque como verán, al final asistí.

Fue bastante grandioso, más de lo que me imaginaba. La primera sesión del sábado, por diferentes malentendidos económicos, no pudimos asistír.
Esa fue otra cosa, mi madre no había podido hacer ningún curso por culpa de la lesión eterna del hombro, y teniendo en cuenta que se metió en este mundo por mi culpa, mi deber era invitarla a disfrutar al fin de un curso como corresponde.
Volviendo al tema del sábado, esta vez aprendimos muchisimo observando, un poco de Bokken y un poco de Aikido, relacionados y disfrutamos torturando a nuestros senseis que nos acompañaron, con fótos y videos. El buen momento social del descanso, hablando con diferentes personas, conociendos sus historias personales, siguiendo la teoría creada con Fernando hace unas semanas, en la cena de despedida de Gabri, que en una comida aikidoka se habla de aikido, de otro deporte y de comida, y la confirmación de que los aikidokas son los individuos más extravagantes que te puedas encontrar. Luchando contra la gravedad, la pereza y una barriga muy llena, ponerse a hacer Aikido por la tarde, parecía imposible, sorprendentemente los nervios no estaban dando muchas señales de vida, así que fui capaz de disfrutar del curso, aunque, cometí el error de entrenar solo con mi madre(tantos hakamas imponían mucho). Lo más sorprendente, al menos para mi, fue una exclamación de asombro ¡seguido por una felicitación del mismísimo Stephane!, lo que me ayudó a ir soltandome más, y porsupuesto, disfrutar del curso.

En el viaje de vuelta en coche a Algeciras, con el frio, el cansancio y el sueño, la duda sobre asistir o no el domingo estaba siempre en mi cabeza. No era conveniente, debería aprovechar el domingo para descansar, para estudiar, para relajarme... Para el último día de un curso que no volvería a repetirse, a lmenos no con esas características, y ¡quién sabe cuando! Para esto había estado esforzandome tanto en Dinamarca, para poder disfrutar, y que mejor forma para disfrutar. Por lo cual, el Domingo, me encontraba de pie, nuevamente antes de las 8 de la mañana, para salir nuevamente con destino a Málaga. Esta vez fue diferente, siempre tengo confianza en mi misma para hacer bokken, por lo cual, empezar viendo técnicas muy interesantes con el sable fue un buen comienzo. Y tras la segunda técnica de aikido, ya me veía capaz de soltarme y de entrenar con diferentes personas, cada una me aportó algo diferente, desde la mujer de Stephane, tan delicada, tan femenina, y a la vez tan habilidosa, un hombre, que tan solo llevaba un mes con pocas clases y ya estaba animado en un curso, o algunos hakamas algo patosos pero muy pacientes.

Quizás llegue el día en el que hable de un curso y pueda comentar los aspectos técnicos del Aikido, y no deba limitarme solo a mi interacción con el curso, su gente, o mis propios temores, pero con un año, un examen y mi estado, quedo más que conforme.



Otra cosa, quizás menos relevante, pero a la vez muy curiosa. El sábado, un poco tarde, llegaron Luis Mochón y su mujer, del Musubi dojo en Granada, donde me estrené. Era muy curioso tener bajo el mismo techo a mis senseis, al que me dió la bienvenida a este mundo, y al que ha guiado la mayoría de mis pasos(más gracioso aún cuando ambos combatían juntos)



Mañana será un nuevo día, empezaré las prácticas del curso de SPA, y me enfrentaré a mi meta relacionada con los entrenamientos y mi actitud, ahora que se que soy capaz de más de lo que imaginaba.

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